top of page

Consecuencias de sobrepasar los límites de una vida “saludable” 

¿Cuáles son los extremos que se alcanza cuando se llega a una obsesión con la nutrición? 

La obsesión por cuerpos delgados y sanos pueden llegar a un extremo, como lo son los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como la anorexia y la bulimia. La población más susceptible de sufrir dichos trastornos son las mujeres desde la etapa de preadolescencia hasta adultez temprana, esto debido a los cambios físicos y hormonales por naturaleza a los que se ve sometida, llevándola a tener conflictos en su relación de peso, comida e imagen corporal, dando por resultados una distorsión de la imagen corporal y la manera en cómo se perciben.

Esto alimentado a su vez de la presión social que exige un canon de cuerpos delgados haciendo que las mujeres tengan una preocupación sobre su apariencia física y que cumpla con estos estándares establecidos por la sociedad, palabras como “estas gordita” pueden afectar lentamente en la salud mental. Por lo tanto, los extremos más graves y de los cuales quedan secuelas, haciendo posible que luego de superar el periodo con tratamiento psiquiátrico, psicológico, psicoterapias y nutricional, puedan volver a tener recaídas por diferentes situaciones que alteren la salud mental de la mujer.

La principal de estos extremos y la que cobra más vidas, siendo Medellín una de las ciudades con más casos, es la anorexia, la cual consiste "en restricción en la ingesta de calorías con relación a los requerimientos basales, lo que lleva a una pérdida significativa de peso. Además, los pacientes tienen alteración en la imagen corporal, con miedo excesivo de ganar peso. Y otro extremo es la bulimia, consisten un trastorno purgativo que consiste en comer una cantidad grande de comida en un periodo corto, con una sensación de pérdida de control que lleva a un comportamiento purgativo o compensatorio (como vómito, uso de laxantes, diuréticos, insulina, ejercicio); esta conducta se observa al menos una vez a la semana, durante tres meses o más", según Valle, N. C. A., & Covarrubias-Esquer, J. D. (2019). Trastornos de la conducta alimentaria. Revista Mexicana de Pediatria, 86(2), 80–86.

bottom of page